viernes, 19 de diciembre de 2014

Estética, idea del hombre y representación de la figura humana en el Renacimiento y el Barroco




Hermosillo Sonora, Diciembre 19 de 2014.
 
Las ideas humanistas dieron sentido al Renacimiento. Sin desconocer los poderes de la iglesia y del monarca, los pensadores y artistas de ese tiempo colocaron al hombre como el centro de la naturaleza y de la vida en sociedad: se trata del hijo de Dios, facultado para “reinar” sobre la naturaleza; el desarrollo de sus virtudes le permitirá crear las condiciones para una convivencia armoniosa y feliz con sus semejantes.
 
Al recuperar las ideas y patrones de la cultura griega, el hombre del Renacimiento se planteó como principio fundamental el equilibrio y la armonía que deben de estar presentes en todas sus acciones y productos. El neoplatonismo fundamentó la concepción estética del Renacimiento; se consideraba que la belleza primaria se encuentra en el alma sabia, como lo apuntaba Plotino (Bayer, 2011: 80), por lo que la belleza sensible radica en su inteligibilidad, en el reconocimiento de la forma de los objetos, la belleza entera se recobra en nuestra verdad interior, allí donde coexiste el yo con lo Real.
 
Raymond Bayer propone que en la concepción del Renacimiento se considera que “La belleza sensible glorifica en su raíz misma las más elevadas manifestaciones del arte. La vida no es meramente vida contemplativa; el hombre deja de anular su sensualidad: ésta debe expandirse; ésta es la ideal del nuevo artista, (…) El arte es una magnificación de todo el ser humano. Tal concepción del arte, típica de los hombres renacentistas, no es sólo teórica, sino que las obras apoyan esa teoría.” (Bayer, 2011: 103). Es el momento en que el artista se define como tal, cobra individualidad como creador y comunicador de ideas, e incluso se reconoce como un agente capaz de influir en los demás y transformar su entorno con su obra.
Leonardo Da Vinci. La Virgen de las Rocas, detalle. 1483-1486
 
Los artistas italianos y flamencos de la mitad del siglo XV generaron diversos descubrimientos en el proceso creativo y en los medios empleados para crear sus obras. Esto retroalimentó su espíritu creativo dando pie a la divulgación de conocimientos, tales como la perspectiva, el estudio de la anatomía humana, la incorporación de las matemáticas y la geometría en la creación artística, el empleo del óleo, el desarrollo del sfumato, la recuperación histórica y sistemática de las obras del pasado como marco referencial, la incorporación del metal en el arte del grabado, y la formulación de cánones de la figura humana que permitieran representar fidedignamente su naturaleza pero considerando su armonía y equilibrio tal como fue definida por el Creador. (Cfr. Gombrich, 2011: Caps. 13 y 14)
 
Artistas geniales como Leonardo y Miguel Ángel son ejemplos claros de esta labor creadora en la que se integra teoría y práctica, el dominio de los principios científicos y las prescripciones y manejo de los elementos técnicos, así como la reflexión acera de la temporalidad de la vida humana y de sus creaciones, la cual, sin embargo está ligada a las disposiciones del Creador. Gilles Néret escribió que Miguel Ángel concebía que “…la belleza humana es un reflejo de la belleza celestial, y por consecuencia, debe elevar el alma cuando se contempla.” (Néret, 2003: 7-8) Y agrega que de “…la dualidad de este amor a la belleza del cuerpo y del alma nacen necesariamente el sufrimiento y la creación, que son las dos fuerzas impulsoras de la obra de Miguel Ángel. Con ese «corazón de azufre y carne de estopa» que se atribuye a sí mismo y del que hace responsable a su Creador en un célebre soneto, sucumbe a la debilidad de la carne al igual que Botticelli y Leonardo con sus garzoni.” (Ibíd.: 9)
 
Miguel Ángel Buonarroti. La Creación de Adán. 1511
 
El artista del Renacimiento puede ser considerado como un polímata; su comprensión y dominio de muchos campos del conocimiento nos muestran su formación integral y diversa. Es el caso de Leonardo, quien de manera paralela a su labor artística llevó a cabo diversos estudios y proyectos tanto científicos como arquitectónicos y de estrategia bélica. Frank Zöllner resalta el hecho de que “…mientras trabajaba en el monumento ecuestre a Francesco Sforza, Leonardo se ocupó por primera vez de manera exhaustiva con estudios verdaderamente relevante sobre las proporciones del cuerpo humano, anatomía y fisiología.” (Zöllner, 2003: 37) El canon de Leonardo, inspirado en el Hombre de Vitruvio, consiguió superar los cánones antiguos, e incluso algunos estudiosos lo consideran el más perfecto en nuestros días.
 
También Alberto Durero realizó estudios consistentes acerca del canon de la figura humana (Cfr. Panofsky, 1987: Cap. 2). Basado en Euclides y en Pitágoras, el artista germano consideraba que la creación se encontraba regulada por ecuaciones razonadas y precisas. De esta suerte es que llevará a cabo el estudio de las proporciones de la figura humana, teniendo en consideración que en la armonía de las mismas radica su belleza: “¡Ah si él llegara a descubrir el módulo y los múltiplos y submúltiplos de la forma bella del hombre y la mujer perfectos! (…) Durero dice que sueña que un día la Humanidad la conocerá; mientras tanto, se satisface con la esperanza. Todavía continúa observando cuerpos que están a su alcance. Traza triángulos y círculos para encerrar la forma; unos son chaparros, otros esbeltos. Analiza las proporciones de ocho hombres y diez mujeres, que toma como representativos de diferentes tipos de la especie. Parecen contradecirse, y descorazonado exclama: «No se puede encontrar el hombre que reúna las proporciones de la belleza perfecta. Siempre hay posibilidad de algo mejor: o que es bello, definitivamente sólo lo sabe Dios».” (Pijoan, 1952: 187) Tan delicada y compleja le resultó esta labor al pintor alemán que al final encontrará consuelo en el estudio de la naturaleza por no alcanzar el absoluto estético en sus estimaciones de la figura humana.
 
Alberto Durero. Adán y Eva. 1597
 
El desencanto político, social y económico por las condiciones de vida imperantes a principios del siglo XVII, planteaban una imagen más cercana a la realidad que aquella que podía desprenderse de las pautas formales, equilibradas y armoniosas que proponía el Renacimiento. La realidad, tal cual es, será el referente del nuevo estilo artístico, del Barroco.
 
La retórica, la imaginación y la teatralidad se introducen en el estilo Barroco. Con ellas se definen y argumentan las obras barrocas. La ciencia imperante reclama de la veracidad y el realismo en el comportamiento y los productos del ser humano; sin embargo el mundo infinito y relativo que se tiene enfrente da al artista la posibilidad de expresarse de manera cruda y directa, como también dando vuelo a su imaginación matizada por las creencias religiosas de la época. Por un lado el monarca quiere perpetuarse en las obras barrocas, por ello se le representa de manera asidua, incluso en su espacio cotidiano e íntimo; por otro lado, la Iglesia reclama al artista su completa disposición para construir en la tierra un lugar propio de Dios, por ello arquitectos, escultores y pintores dedican su obra a la reedificación del Vaticano. También la burguesía contrata el servicio de los artistas barrocos, ellos tendrán que crear las evidencias de su posición y poder económico.
 
Gian Lorenzo Bernini. David. 1623-1624
 
El estilo Barroco prescinde de los esquemas estáticos, equilibrados y clásicos que se usaron en el Renacimiento para representar la figura humana. El modelo a seguir es la misma naturaleza, la realidad tal cual se le percibe, aun cuando ésta sea violenta o desagradable. A la representación de lo bello se agrega la de otras categorías estéticas, las cuales cobran singularidad en el arte; de esta manera se observan obras que hacen referencia directa a lo feo, lo grotesco, lo cómico, pero también se sigue cultivando lo bello y se lleva a los extremos la idea de lo sublime.
 
Caravaggio y Velázquez, por ejemplo, nos presentan en sus obras, aún en aquellas donde tratan temas mitológicos o religiosos, a seres vivos, personajes reales extraídos del pueblo. Pueden dejar de lado los elementos contextuales que acompañan a los personajes supliéndolos con fondos neutros matizados por el juego de luces y sombras; sin embargo, la figura humana está tratada de manera realista, con detalle y aprovechando los recursos técnicos característicos de los artistas magistrales. Pijoán apuntó que “Caravaggio no rehúsa la luz: al contrario, intensifica sus efectos, pero no necesita que llegue del cielo azul o del paisaje lejano. (…) Todo lo pintoresco se ha desvanecido con el estilo nuevo; las figuras se destacan iluminadas violentamente sobre un fondo uniforme, silencioso, ahumado. En los cuadros de Caravaggio la vida, la naturaleza está concentrada dentro de la silueta, y lo que es capital e inmediato está inundado de luz. El mundo, el cosmos, no existe. Más que para hacer destacar aquel elemento, que es un personaje o grupo asilado del resto de la creación.” (Pijoán, 1957b: 10)
 
Michelangelo Caravaggio. El entierro de Cristo. 1602-1603
 
Este trato realista y efectista también se observa en las obras escultóricas barrocas. Gian Lorenzo Bernini, el más grande escultor barroco, tuvo como pretensión dar vida a la piedra; en ella se encuentran presentes, el dinamismo de la figura humana, el realismo e incluso el carácter de sus personajes. Simon Schama, historiador que admira profundamente el trabajo de Bernini, escribió que “De acuerdo con el escritor contemporáneo Filippo Baldinucci, a Bernini le gustaba jactarse de que en sus manos el mármol podría llegar a ser tan sensible como la cera y tan suave como la masa. El mármol de Bernini, en efecto, parece mutar en otras sustancias: en cuerda fibrosa, acero brillante, mechones de pelo. A través de la comprensión de la forma en que la luz podría golpear una superficie muy pulida, y cómo la profundidad de la incisión con un fino cincelado podría proporcionar sombra, incluso podría hacer que la piel de un personaje pareciera sudar…” (Schama, 2006)
Diego Velázquez. El triunfo de Baco o Los Borrachos. 1628-1629
 
El estilo barroco se extendió más allá del continente europeo; incluso, se ha arraigado en artistas contemporáneos que tratan de representar la figura humana con las cualidades de ese estilo: el realismo, el movimiento, la tensión e incluso su temperamento y espiritualidad. Se trata de un estilo que reconoce el sello individual de cada artista, pero que reproduce rasgos representativos en el cuidado del dibujo, la teatralidad en la composición y la depurada representación de la piel y los ropajes.
 
 
Referencias

Néret, Gilles, 2003. Miguel Ángel. 1475-1564. México: Editorial Numen.
Panofsky, Erwin, 1987.  El significado en las Artes Visuales. Madrid: Alianza Forma.
Pijoán, José, 1957a. “Bernini”. Tomo XVI: Arte Barroco en Francia, Italia y Alemania. 1957. PP. 35-52. En SUMMA ARTIS. Historia general del Arte. Antología. Selección de textos de Miguel Cabañas Bravo. Tomo VII. Arte de los Siglos XVII y XVIII en Europa. Madrid: Espasa Calpe. 2004.
-----------------, 1957b. “Caravaggio”. Tomo XVI: Arte Barroco en Francia, Italia y Alemania. 1957. PP. 9-34. En SUMMA ARTIS. Historia general del Arte. Antología. Selección de textos de Miguel Cabañas Bravo. Tomo VII. Arte de los Siglos XVII y XVIII en Europa. Madrid: Espasa Calpe. 2004.
-----------------, 1952. “Durero”. Tomo XV: El Arte del Renacimiento en el norte y el centro de Europa. 1952. PP. 181-192. En SUMMA ARTIS. Historia general del Arte. Antología. Selección de textos de Miguel Cabañas Bravo. Tomo V. La Época del Renacimiento en Europa. Madrid: Espasa Calpe. 2004.
Schama, Simon, 2006. “Cuando la piedra volvió a la vida”. Artículo publicado en el periódico The Guardian (http://www.guardian.co.uk/artanddesign/2006/sep/16/art).
Zöllneer, Frank, 2003. Leonardo Da Vinci. 1452-1519, México: Editorial Numen.

 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Cátedra de Administración Pública Dr. Omar Guerrero Orozco, Tercera Edición



Hermosillo Sonora, Diciembre 10 de 2014.

Omar Guerrero Orozco, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Sonora, visitó el Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora con motivo de la Tercera Edición de la Cátedra de Administración Pública Dr. Omar Guerrero Orozco.

Coordinado por la Academia y el Grupo Disciplinario de Administración Pública, en coordinación con el Seminario de Cultura Mexicana en Hermosillo, el Programa de trabajo de la Cátedra incluyó diversas actividades académicas constitutivas del SEMINARIO El estado de la investigación y la formación en el campo de la Administración Pública, con duración de 20 horas. Estas actividades se realizaron en el marco del XXXVI Aniversario del Departamento de Sociología y Administración Pública y el 72 Aniversario de la Universidad de Sonora, durante los días del 11 al 13 de noviembre del año en curso.
 
El Programa comprendió las siguientes actividades académicas:
 
Martes 11 de noviembre de 2014: Conferencia en el Aula Polivalente del Edificio 9C a las 18:00 hs.: La investigación en el campo de la Administración Pública.
 
Miércoles 12 de noviembre de 2014: Conferencia: Las humanidades en la retórica en administración pública, presentada en Aula Polivalente del Edificio 9C del Departamento de Sociología y Administración Pública a las 10:00 hs.
 
En la jornada vespertina del 12 de noviembre se presentó la Conferencia: El Arte de gobernar y los Clásicos de la Administración Pública, en el Auditorio de la Sociedad Sonorense de Historia, a las 19:00 hs.
 
Jueves 13 de noviembre: Conferencia realizada en el Aula Polivalente del Edificio 9C a las 10:00 hs.: El posgrado en Administración Pública en México.
 
En sus reflexiones sobre la investigación en Administración Pública, el Dr. Guerrero Orozco apuntó que en la actualidad se encuentra “…dentro de un ambiente abierto al estudio de las humanidades.  En esta cruzada destaca particularmente un conjunto de militantes de lo que propiamente se llama el «post-positivismo», debido a su papel alternativo para la investigación desde un foco de análisis fundado en las humanidades; principalmente la lengua, la literatura, la filología, la hermenéutica y la retórica. Una de sus vertientes principales arranca desde los fundamentos narrativos de la administración pública considerando céntricamente al lenguaje como red donde descansa la construcción del conocimiento científico. Otros pensadores acentúan el tema de la literatura estrechando sus vínculos con el estudio de la administración pública, a cuya cabeza destacan Charles Goodsell y Nancy. Esta perspectiva, sin embargo, es antigua y hunde sus raíces a la década de 1960 cuando se comenzaron a realizar tanteos en torno a la relación entre la administración pública y la literatura, particularmente la novela, si bien se hicieron extensivos al teatro y al cine. Ésta es  una  cruzada  en  pro  de  la  recuperación  de  las  humanidades  cuyo  líder  ancestral  es  el célebre profesor Dwight Waldo.”
 
Además, el investigador de la UNAM puntualizó que “La investigación no explora sólo los llanos terrenos de la prosa, sino también los nudos y los entuertos de exposiciones complejas, sinuosas u opacas, para las cuales la metodología usual es limitada. Los caminos que ofrecen las humanidades   dan nueva luz a la investigación en administración pública, la cual está siendo iluminada principalmente por la retórica.”
 
Entre las reflexiones del Dr. Guerrero Orozco respecto a la importancia de los Clásicos, destacó que el arte de gobernar requiere de la reflexión teórica, seria y objetiva, que sirva a quienes ejercen el poder en la toma de decisiones y en la conducción de los programas y proyectos que deben redundar en beneficio de todos los miembros de la sociedad. Por ello, reconoce que la lectura de los clásicos puede resultar de mucha utilidad para quienes gobiernan, toda vez que se tiene que recuperar el hecho de que el acto de rendición de protesta al asumir su encargo los comprometió con el bienestar y desarrollo de la sociedad.
 
En particular, y como ejemplo, el Dr. Guerrero Orozco se centró en la trayectoria y obra de Lorenz Von Stein, tratadista de mediados del siglo XIX, a quien se debe, en buena medida, la configuración teórica y disciplinaria de la Administración Pública. Reconoció dentro de la obra del autor alemán el libro La teoría de la administración, a la cual considera una de las más importantes en la historia de nuestra disciplina. Junto con ésta, su otra trascendente obra es el Manual de teoría de la administración y de derecho administrativo, en comparación con la literatura y la legislación en Francia, Inglaterra y Alemana. Ambos trabajos son puntales en la configuración de una escuela que trascendió el espacio germano, llegando sus enseñanzas, incluso, a Estados Unidos.
 
En su mensaje dirigido a los estudiantes, el Dr. Guerrero Orozco destacó la importancia de una sólida formación como Administradores Públicos y la calidad en la confección de sus trabajos de investigación orientados a cumplir con su compromiso de titulación, paso final por las aulas universitarias.
 
Recordó lo que en su momento escribió a propósito de la Ley del Servicio Profesional de Carrera, tan necesario en nuestro país y en los diferentes ámbitos de gobierno: “Las grandes naciones del mundo lo son, en buena medida, porque detentan administraciones públicas de alta calidad. Pero estas administraciones tiene calificaciones superiores porque están integradas por servidores públicos formados expresamente para administrar.” El servicio público en nuestro país, agregó, debe trascender el tradicional “sistema de botín” al que se acude cada vez que ocurren los relevos gubernamentales; en su lugar, se deben instituir sistemas de carrera administrativa en los que se destaque la formación del servidor público, su vocación de servicio, su eficiencia y honestidad.
 
El éxito de esta tercera edición de la Cátedra en Administración Pública Dr. Omar Guerrero Orozco, involucró los esfuerzos de diversas instancias como el Seminario de Cultura Mexicana, la Corresponsalía en Hermosillo del Seminario de Cultura Mexicana, la Fundación Healy, la Sociedad Sonorense de Historia, la Coordinación del Programa de la Licenciatura en Administración Pública y la Academia y el Grupo Disciplinario de Administración Pública de la Universidad de Sonora.
 



lunes, 27 de octubre de 2014

Florentino González Vargas. Un Clásico de la Administración Pública


Hermosillo Sonora, 27 de Octubre de 2014.
 
En la historia del pensamiento publiadministrativista es posible identificar autores que han trascendido por su aportación en la definición, delimitación y análisis del estudio de la Administración Pública.

Lugar significativo ocupan aquellos a los que llamamos clásicos de una disciplina específica; sea porque son sus fundadores o bien porque sus aportaciones a la configuración del sistema de conocimientos teóricos constituyen un lugar de referencia común de las comunidades científicas que cultivan ese campo de estudio.
 
La herencia intelectual que nos proveen estos pensadores resulta de su posición como fundadores o constructores del campo disciplinario, además de la claridad y rigurosidad con la que abordan el objeto de estudio. Sus planteamientos han resistido el paso del tiempo, constituyéndose en marco teórico, esquema metodológico y un elemento heurístico para el estudio, reflexión y análisis de los problemas y asuntos de interés actual.
 
Importa, por supuesto, el contexto en el que elaboraron sus aportaciones teóricas, siendo éstas fundamentales en la explicación de la realidad de su tiempo y espacio; sin embargo esto no limita su relevancia en tanto que estas contribuciones quedaron para que en las posteriores generaciones y en diferentes lugares fuesen asimiladas sirviendo como imprescindible fuente de consulta.
 
En el estudio de la Administración Pública, es el caso, en este selecto grupo podemos integrar al estudioso alemán Johannes Heinrich Gottlob Von Justi, a quien se debe el análisis más profundo de la Ciencia de la Policía, es decir, de la Administración Pública del Estado Absolutista Ilustrado. Indudablemente emerge de manera significativa la figura y obra de Charles-Jean Baptiste Bonnin, el gran pensador liberal francés, quien es el fundador de la Ciencia de la Administración del Estado Moderno.
 
En México se reconoce la obra de Luis de la Rosa y Oteiza como la aportación primigenia de la disciplina de la Administración Pública en el país. También tienen una posición relevante los tratadistas españoles Francisco Agustín de Silvela, Javier de Burgos, Alejandro Oliván, Manuel Ortiz de Zúñiga, José Posada de Herrera y Manuel Colmeiro, quienes desde el ámbito del derecho administrativo realizaron importantes aportaciones al estudio de la Administración Pública.
 
Los trabajos de dos estudiosos alemanes habrían de considerarse como aportación conspicua en la teoría de la Administración Pública: la del prestigioso Lorenz Von Stein a quien se reconoce como heredero de la tradición cameral alemana y cuyo análisis de la dialéctica existente entre el Estado y la sociedad aún fundamenta las reflexiones sobre el quehacer gubernamental en una sociedad dividida en clases; en una perspectiva diametralmente opuesta, se encuentra la propuesta del materialismo histórico y dialéctico de Karl Marx, quien sentó las bases para un estudio crítico y alternativo de la acción gubernamental.
 
Los norteamericanos han reconocido a Woodrow Wilson como el fundador del estudio de la Administración Pública en ese país; de su trabajo se desprende una larga discusión teórica a lo largo de buena parte del siglo XX respecto a la definición del quehacer público, y sus ideas siguen sugiriendo reflexiones al respecto.
 
Esta lista no estaría completa sin el nombre de Florentino González Vargas, político, funcionario e intelectual colombiano cuya obra ha sido referente en diversos países del cono sur americano, y que ha trascendido hacia universidades de diferentes partes del orbe.

 


El colombiano José Camacho Carreño (Prólogo de las Memorias de Florentino González, 1932), dijo que …”Después de Andrés Bello, Florentino González es quizá el jurisconsulto americano cuyas creacio­nes ejercieron mayor influjo; clásico genuino de la concepción y del lenguaje, cuya estrella que alumbró tantas obras de mérito que el romántico prodi­gando regalaba, se halla próxima a caer en definitivo olvido. (…) la sabiduría de este socorrano, que evoco para mi ciudad maternal, no se ejercitó sólo en Co­lombia sino se derramó por el continente en obras y enseñanzas y llegó hasta a amaestrar la legislación de naciones amigas. Su patria debe, pues, glorificar a este prócer y recoger y ahijar sus obras que reverencian otros pueblos, como darle sitio en el corazón a su recuerdo…”
 
Por su parte, el distinguido investigador mexicano Omar Guerrero Orozco ("La trascendencia de los Elementos de Ciencia Administrativa: estudio introductorio”, 1997), destaca que dentro del cultivo de la Ciencia de la Administración, con su obra Elementos de Ciencia Administrativa. Comprende el bosquejo un Sistema de Administración Pública para un Estado Republicano, corresponde a Florentino González inaugurar en América Latina y en los países de habla hispana el estudio de esta disciplina, al respecto apuntó: “En contraste, frente a don Agustín de Silvela, Florentino González estaba dotado de sensibilidad para comprender la trascendencia histórica del cultivo de la nueva ciencia, y con grandeza de ánimo elaboró los Elementos de Ciencia Administrativa, que Silvela no quiso o no pudo desarrollar, y por lo tanto, le corresponde el enorme mérito de ser el fundador de la ciencia de la administración en nuestra lengua y en nuestra cultura.”
 
En el siguiente vídeo se presenta un acercamiento a la importante obra de este colombiano universal.

domingo, 26 de octubre de 2014

Federalismo y planeación del desarrollo


 Hermosillo Sonora, 26 de Octubre de 2014.

El desarrollo del país está marcado por su forma de gobierno federal y republicana. Desde siempre se han buscado caminos para que el federalismo mexicano sea una realidad: una realidad en donde los tres órdenes de gobierno coexistan en equilibrio y respeto.

La preeminencia del ámbito federal sobre los órdenes estatal y municipal ha generado que el desarrollo nacional presente en nuestros días un dislocamiento y la acentuación de grandes diferencias regionales, sectoriales y sociales.

Haber privilegiado a uno de los órdenes de gobierno ha desvirtuado el sentido del sistema federal. Esta situación ha provocado, consecuentemente, la presencia de un gobierno autoritario y discrecional, que en muchas de las ocasiones ha frenado intentos de descentralizar política y administrativamente el ejercicio gubernamental.

El federalismo constituye la forma más acabada de la descentralización gubernamental, toda vez que supone el compromiso político de acercar las decisiones y programas de gobierno a todo el pueblo. En esta perspectiva, el federalismo implica el reconocimiento de tres ámbitos de hacer gobierno, todo ellos igual de importantes y significativos para la vida pública.

El Dr. Pedro Zorrilla Martínez, reconocido federalista, con acierto había señalado la importancia del sistema federal y el imperativo de recobrar el desarrollo de la vida municipal; apuntó en su momento que “Debido a que el municipio es la entidad más cercana al individuo, resulta indispensable conocer sus problemas y plantear soluciones que permitan encaminar las acciones del gobierno para satisfacer las necesidades de la comunidad. Así, hacer desarrollo de la comunidad es propiciar las condiciones para la transformación de la vida de los individuos de la manera más rápida, dentro de una eficiente planeación y programación para el logro de los objetivos deseados. Por eso, es indispensable revitalizar la institución municipal pero no sólo teniendo en mente los ámbitos oficialmente reconocidos, que en la mayoría de los casos se reducen a la cabecera municipal. Debemos hacer descender los procesos descentralizadores hasta los niveles "vecinales", es decir, las agencia municipales, delegaciones municipales, barrios, colonias, etc., que son "municipios en embrión". A partir de estas consideraciones, nos hemos propuesto (…), plantear las posibilidades de un Federalismo renovado, que no se traduzca en mero formalismo, sino por el contrario que se pueda traducir o dar origen a una institucionalidad democrática, y en el que el orden de gobierno municipal recobre su importancia. Para tal efecto, hacemos una propuesta de descentralización intramunicipal y la reelaboración del concepto del Federalismo a partir de la idea de las Relaciones Intergubernamentales.” (“Federalismo y Gobierno Local”, Revista Gestión y Estrategia. Departamento de Administración. Universidad Autónoma Metropolitana. Nº 8, Julio-Diciembre de 1995. México).

Junto con el federalismo, otros procesos cobran vida. Tal vez, el más relevante sea que conlleva el desarrollo de las regiones, el desarrollo de los estados y municipios, generando equilibrios y propiciando mejores condiciones de vida para los ciudadanos.

Federalismo, por lo tanto, es un principio para impulsar el desarrollo en una versión más acabada e integral que aquello que deviene del impulso desde un solo ámbito gubernamental.

La agenda nacional en los últimos años ha consignado diversos esfuerzos para concretar el federalismo mexicano. Desde 1982, cuando en el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado se presentaron las primeras reformas al 115 constitucional buscando el “fortalecimiento municipal”, hasta las últimas reformas en donde se profundizó el cambio para hacer realidad el denominado “nuevo federalismo”.

Por otra parte, con la instalación del Sistema Nacional de Planeación Democrática se hizo obligatorio el compromiso de los gobiernos de confeccionar un Plan de Desarrollo (uno en cada ámbito de gobierno y por el periodo correspondiente de gobierno), en el que entre otras cosas, de manera reiterada, se han trazado como objetivos el impulso al federalismo nacional, a la vida democrática, a la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos y al desarrollo equilibrado de las regiones.

Ahondar en este tema hoy que se apela a una transición democrática, republicana y federalista, implica la incorporación de nuevas concepciones de hacer gobierno asociadas a esta definición constitucional; así, junto con esta tradición por la que necesariamente tenemos que pasar, se piensa que el nuevo gobierno debe ser responsable, eficiente y eficaz, orientado a satisfacer al ciudadano y comprometido con resultados de orden público.

En este esfuerzo, también, se revisan los procesos y tecnologías planteadas en el pasado reciente como alternativa de gobierno y que, por diversos motivos, no han tenido una aplicación efectiva en la práctica gubernamental.

En este sentido, se apelaría a la verificación del Sistema Nacional de Planeación Democrática como tal. Un sistema que involucra no sólo la constitución de un Plan de gobierno, sino su concatenamiento con programas, proyectos y acciones que desde el gobierno, y con la participación activa de la sociedad, plantean una perspectiva del desarrollo del país, la entidad o el municipio al que se haga referencia.

Planteado como un Sistema de Planeación, éste no se limita a la definición del plan. Representa un proyecto de vida para el futuro de mediano plazo de un conglomerado social. A través del sistema se definen los objetivos y metas que la sociedad se propone consumar en un plazo de 6 o de tres años, según sea el caso, y la estrategia por medio de la cual llegará a cumplir tales propósitos; el interés público que debe ser el modus vivendi del gobierno se resume en los diversos instrumentos de la planeación para el desarrollo.

El Sistema Nacional de Planeación Democrática, mecanismo para la racionalidad y publicidad de la acción de gobierno, representa, además, la posibilidad de coordinar los programas impulsados en los tres ámbitos de gobierno, igual que se propicia la participación ciudadana en las tareas de orden público. Al respecto, Cristina Teresa Penso D’Albenzio ha señalado que: “En esta línea de un sistema de planeación democrático, la planeación del desarrollo municipal resulta importante para prever necesidades y programar actividades que se desarrollarán en el futuro y, fundamentalmente, para lograr un mejor aprovechamiento de los recursos. Se pone de relieve que este proceso coadyuva y permite aplicar los recursos financieros que los gobiernos federal y estatales transfieren para el desarrollo de proyectos productivos y de beneficio social.” (“Participación social en el ámbito local”, Revista Gestión y Estrategia. Departamento de Administración. Universidad Autónoma Metropolitana. Nº 15, Enero-Junio de 1999. México).

Hechas estas reflexiones, se pueden resumir las siguientes ideas y agregar propuestas para el fortalecimiento del Federalismo en nuestro país:

  • El Federalismo constituye una forma de vida que los mexicanos nos hemos definido y que define una forma determinada de gobierno y un conjunto de relaciones entre los elementos constitutivos de dicho sistema federal.
  • Un mecanismo relevante para impulsar el federalismo lo constituye el Sistema Nacional de Planeación Democrática.
  • Es necesario activar las instancias que dicho sistema propone para llevar a cabo las relaciones intergubernamentales en programas de interés común.
  • Hacer efectivo el conjunto de vertientes del sistema: obligatoria, de concertación, de coordinación y de inducción. De esta manera se vuelve necesario promover las relaciones de coordinación intergubernamental y las del gobierno con la sociedad.
  • Como propósitos centrales de la planeación estratégica y de los planes de gobierno deben consignarse el impulso de nuestro sistema de gobierno, el desarrollo sustentable, el mejoramiento de las condiciones de vida de todos los ciudadanos, así como una respetuosa relación con otros gobiernos y países.
  • Asociar al Sistema Nacional de Planeación Democrática con los procesos de planeación estratégica implica, por principio, definir el sentido de la planeación y el papel de los organismos gubernamentales (esto, en términos conceptuales se resumiría en la definición de la Misión y Visión), estos últimos en un plano de gobernar responsablemente, en forma transparente, rindiendo cuentas a los mandantes del gobierno y con irrestricto cumplimiento del Estado de derecho.
  • El desarrollo regional es relevante en la definición de nuestro federalismo. El desarrollo regional es soporte del desarrollo nacional, viendo a éste con un sentido de justicia y equilibrio social y económico.
  • Los medios del gobierno para fomentar el desarrollo son tan diversos que pueden involucrarse aquéllos relativos a la gestión empresarial, cuidando que el sentido con el que sean utilizados sea siempre el público.
  • El desarrollo debe considerar las dimensiones de crecimiento económico, mejoramiento de las condiciones de vida, ampliación de los espacios democráticos y preservación del medio ambiente. Se trabajaría en términos de un desarrollo sustentable.
  • El federalismo como forma de gobierno plantea que la administración de los asuntos públicos puedan ser atendidos en niveles de la mayor agregación, como es el ámbito nacional, así como en ámbitos donde los gobiernos contactan con los destinatarios de sus servicios. El Gobierno se convierte así en elemento activo de impulso del desarrollo social.

 

jueves, 23 de octubre de 2014

Las Vanguardias. El Fauvismo

AOA - Interior. Pintura Digital. 2014

Hermosillo Sonora, 23 de Octubre de 2014.
 
La historia del arte del siglo XX ubica a las Vanguardias en un sitio principal. Los movimientos avant-garde, cuyo surgimiento es anterior a la Primera Guerra Mundial, son: fauvismo, cubismo, futurismo y expresionismo, es decir, las vanguardias llamadas “históricas”.
 
Estas vanguardias artísticas fueron, en cada momento, encabezadas por un relativamente pequeño grupo de artistas que introdujeron cambios que revolucionaron la forma de percibir el arte y la manera en que lo hicieron, incorporando técnicas, materiales y lenguajes estéticos contrarios a la tradición plástica vigente hasta ese momento.
 
El fauvismo o fovismo es un movimiento pictórico francés. Louis Vauxcelles, crítico de arte, calificó a los artistas del Salón de Otoño en París de 1905 como fauves (fieras), cuando al observar en el salón de exposiciones el conjunto de pinturas junto a una escultura de Donatello exclamó: Mais c'est Donatello parmi les fauves.
 
Con la verificación de la exposición de los Independiente de 1907 concluyó la participación de Matisse y Derain dentro del movimiento, mientras que los demás miembros emprendieron caminos diferentes a la plástica de la estética fauvista.
 
Si bien este es el lugar y el momento histórico en que se señala como el punto de partida del movimiento, Enrique Castaños Alés ha afirmado que antes de esa fecha ya existía un grupo fauve antes de 1900, el cual “comprendía tres círculos distintos: en primer lugar Matisse y sus condiscípulos de la época de estudio de Gustave Moreau y de la Academia Carriére: Marquet, Manguin, Puy, Camoin y Rouault; en segundo lugar, la llamada «Escuela de Chatou» con Derain y Vlamick; en tercer término, el círculo de El Havre, al que pertenecían Dufy, Friez y Braque.” (Castaños, 2005) El mismo autor recuerda que dentro del grupo fauve se incluyen al holandés Van Dongen y considera a Matisse, Derain y Vlaminck como los más importantes fauves, así como los más osados pictóricamente.
 
La obra pictórica de este movimiento se caracterizó visualmente por:
  • Para los fauvistas el cuadro debía ser expresión, no composición y orden.
  • Las temáticas representadas son convencionales: paisajes, interiores, figura humana, retrato, y bodegón.
  • Su objetivo era trascender las reglas de la pintura, y generar un nuevo lenguaje visual.
  • Su manejo del color fue atrevido, con una paleta vibrante de colores primarios y secundarios. Usaron el contraste entre complementarios (cálidos=luz, fríos=sombra).
  • En sus obras se da una ausencia de claroscuro y volumen. Además, hay escasa presencia de  profundidad y perspectiva. Estos efectos se asimilan por la superposición de planos y figuras.
  • Emplearon trazos burdos y espontáneos recordando el arte infantil.
  • La línea es independiente del color, se emplea como contorno y en ocasiones como elemento decorativo.
  • El artista refleja su estado de ánimo a través de la paleta empleada.


Influencias

El pintor francés Henri Émile Benoît Matisse (1869-1954) es considerado como el artista que más influyó en los fauvistas, particularmente por su manejo del color y por el uso original y fluido del dibujo. A Matisse se le considera el precursor del movimiento fauvista. A su vez, Matisse, Roualt, Marquet Camoin, Manguin y Puy aprendieron el pintar con independencia y usar técnicas de acuerdo con el temperamento personal de su maestro de la Escuela de Bellas Artes de París, el simbolista Gustave Moreau. En el mismo sentido, del pintor Paul Gaugin tomaron la libertad en el uso del color y del temperamento e instinto personal.

Su propuesta estética era contraria a la de los impresionistas y se contraponía a los principios del positivismo y el naturalismo como referentes filosóficos imperantes en el siglo XIX y a principios del siglo XX.

Los argumentos atrás del movimiento fueron marcados por las ideas de Émile Zola, líder de los naturalistas quien era amigo de pintores como Cézanne, Manet y Pisarro, y cuya críticas al status quo, la ilegalidad y el antisemitismo en el Caso Dreyfus marcó a la Francia del fin de siglo; de Friedrich Nietzche, cuya crítica al secularismo y la ilustración transformó la cultura, religión y filosofía de occidente; del filósofo y educador alemán Max Stirner en relación con el individuo como ser soberano y egoísta; así como por las ideas del escritor francés Charles Marie Huysmans, crítico de la vida moderna cuyas obras expresan un pesimismo acerca de la vida burguesa y el decadentismo.


Principales exponentes del movimiento y su obra

Henri Matisse (1869-1954), precursor y líder del movimiento fauvista. Lujo, calma y voluptuosidad, es considerado el primer cuadro fauve, el cual fue pintado por Matisse en 1904; en él se observa una influencia de la técnica del puntillismo, se simplifica el dibujo y se emplea el color de manera subjetiva. Se le toma como una síntesis del postimpresionismo. Fue expuesto en el Salón de los Independientes y después en el Salón de Otoño.

André Derain (1880-1854), pintor, escultor y diseñador francés, considerado el alma del fauvismo por su inclinación a la perseverancia, el ímpetu juvenil y el manejo de matices. Junto con Maurice Vlaminck formó la llamada «Escuela de Chatou». El cuadro El secado de las velas fue expuesto en 1905 en el Salon d’Automne.


Raoul Dufy (1877-1953), pintor, artista gráfico y diseñador textil francés. Cabeza visible del Círculo de El Havre. Dufy inició la pintura de yates con el estilo fauve una vez que admiró la obra de Matisse en la Exposición de Otoño de 1905.


Además de las obras de los líderes de cada círculo del grupo fauve, se presenta la de Maurice de Vlaminck (1876-1958), la cual también escandalizó en el Salón de Otoño  de 1905; en ese salón se exhibió Restaurante de la Machine à Bougival. Con Derain formó parte de la «Escuela de Chatou».


 
Aportación a la historia de las artes plásticas y su valor histórico

Con los fovistas se adoptó un estilo distinto a todos los anteriores. Se renunció a la perspectiva atmosférica empleándose la yuxtaposición de colores y el uso de líneas oblicuas para sugerir la profundidad en el cuadro. Los fovistas avanzaron en la fusión original de diseño y color.
 
La gran aportación es la liberación total del color y el empleo del dibujo (incluso rudimentario) y el color (con acentuación de su intensidad) como elementos fundamentales de su obra. La exaltación que los fauvistas hicieron de los contrastes cromáticos y el uso intensivo de los colores primarios hizo que se pusiera atención en la teoría del color, en los efectos y sensaciones que los colores producen en el observador, así como los sentimientos que se desean expresar con ellos.
 
Los fovistas plantean disrupciones con lo establecido. Presentan una alternativa en el continuo de la historia, estructurando una estética contraria a la tradición y a las manifestaciones modernas de principios de siglo XX. Servirán como punto de partida para las nuevas expresiones, incluso para los movimientos abstractos.


Bibliografía
 
Bozal, Valeriano. Historia de las Ideas Estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas. La Balsa de la Medusa, Visor. Madrid, 2000. 2 t.
Campa Sánchez, Ana Melisa. Notas de clase del curso: Historia del Arte en el Siglo XX y Actual. Universidad de Sonora: 2014.
Castaños Alés, Enrique. “La primacía del color. Hace ahora un siglo, en el Salón de Otoño parisino de 1905, se dio a conocer el movimiento fauve”. Publicado originalmente en el diario Sur de Málaga. Septiembre 23 de 2005. En http://enriquecastanos.com/fauvismo.htm.
García Ponce de León, Paz. Breve Historia de la Pintura. Libsa ed. Madrid: 2006.